Aprender, desaprender y las competencias del siglo XXI
Aprender, desaprender y las competencias del siglo XXI
¿Cómo aprendemos?
La evolución nos ha dotado de un órgano fascinante, nuestro cerebro. Gracias a él, podemos relacionarnos con nuestro entorno y adaptar nuestras respuestas, aprendiendo de cada una de nuestras experiencias (Ruiz, 2020).
Si nos basamos en la neurociencia, aprender consiste en crear nuevas conexiones entre neuronas. Con otras palabras, es el proceso a través del cual adquirimos conocimientos, habilidades, conductas, competencias y valores. Para el aprendizaje, son esenciales nuestros procesos cognitivos, ya que nos permiten procesar la información que llega a través de los sentidos, clasificarla, almacenarla y posteriormente recuperarla cuando la necesitamos.
Como se ha podido observar, aprender es vital para nuestro desarrollo, pero ¿cómo aprendemos? Numerosas investigaciones resaltan la importancia de activar los conocimientos previos sobre el tema que estamos tratando, para conectarlo con la nueva. De esta forma, cuantas más conexiones creemos más fácil será recuperar ese aprendizaje cuando lo necesitemos.
De hecho, nos sentimos más cómodos ante experiencias que nos son familiares. Como bien indica Adam Grant (2022), en su libro Piénsalo otra vez, preferimos escuchar opiniones que nos hacen sentir bien antes que enfrentarnos a quien piense de manera diferente.
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender lo aprendido y volver a aprender.”
Herbert Gerjuoy
Las competencias necesarias para la sociedad del siglo XXI: aprender, desaprender y reaprender
Si hasta ahora se ha hablado de la importancia de aprender, es aquí donde toma relevancia para mejorar y conseguir nuestros propósitos, la capacidad de desaprender para volver a aprender.
De hecho, Herbert Gerjuoy declaraba que “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender lo aprendido y volver a aprender”. Por un lado, desaprender hace referencia a la capacidad para analizar y decodificar patrones establecidos, de manera consciente. Por su parte, reaprender es desechar de manera responsable lo que no nos sirve, para aprender algo de diferente forma a la que lo hemos realizado anteriormente.
En este sentido, la sociedad del siglo XXI requiere del desarrollo de competencias que preparen para el mundo líquido en el que vivimos, donde las respuestas que teníamos, no sirven para las nuevas preguntas. Donde quizás tengamos que dejar a un lado los conocimientos que teníamos y adquirir nuevos. En este sentido, para poder adaptarnos y dar respuestas a las necesidades de la sociedad actual, es esencial usar nuestra creatividad. Ser creativo va mucho más allá de pensar en una idea novedosa, de hecho, lo que para una persona puede ser novedoso para otra no. Ser creativo es desarrollar la capacidad para tener ideas originales y analizarlas, para así poder alcanzar los objetivos que nos propongamos (Guillén, 2017). Por tanto, ser creativo nos puede ser útil en numerosas facetas de nuestra vida, como puede ser resolver problemas, encontrar trabajo, emprender, relacionarnos o favorecer el cuidado del medio ambiente.
Vivimos en una sociedad que demanda la adquisición de competencias que puedan adaptarse en función de las necesidades y el entorno, permitiendo el desarrollo de la creatividad para resolver problemas y tomar decisiones. Asimismo, es necesario abogar por la justicia social; la cooperación, el espíritu emprendedor, el liderazgo y la negociación; así como el desarrollo de habilidades emocionales, sociales y de comunicación, que permitan interactuar de forma positiva. En síntesis, el ser humano requiere de habilidades que le permitan aprender, desaprender y reaprender; ser creativo, flexible, ágil, honesto, humano, pero sobre todo trabajar en equipo (Elizondo, 2020).
Referencias
Adam Grant (2022). Piénsalo otra vez: El poder de saber lo que no sabes. Deusto.
Elizondo, C. (2020). Ámbitos para el aprendizaje. Octaedro.
Guillén, J. (2017). Neuroeducación en el aula. CreateSpace.
Ruiz Martín, H. (2020). ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica del aprendizaje y de la enseñanza. GRAO.